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¿Integración a la Carta o una nueva Carta de la Integración?

Por Fundación Esquipulas

Por diferentes razones, ya sean derivadas por prácticas permitidas en la integración durante las décadas anteriores o por pragmatismo ante el deseo de avanzar después de las históricas reuniones de Esquipulas I y II (1986 y 1987), tenemos en Centroamérica un proceso de integración “a la Carta”, que opera al amparo de los principios de Flexibilidad y Gradualidad, con un menú de opciones, siendo la más importante la de participación parcial en tratados y acuerdos regionales. Es un estado de situación sui-géneris, donde cada país se apunta en los temas de sus conveniencia, dejando de lado otros dos importantes principios que deben estar en la base de todo proceso de este tipo: el de Concertación, donde ninguno de los Estados miembros debería tomar decisiones por sí solo, máxime si esa decisión afecta los convenios, acuerdos y tratados regionales ya adoptados o que vaya en contra del proceso acordado para alcanzar los objetivos regionales; y el de Regionalidad, dentro del cual debiera procurarse que todas las acciones se realicen de manera integrada para potenciar resultados. El incumplimiento de este último principio se traduce en el llamado “déficit de regionalidad”, donde los países adoptan medidas o acciones unilaterales en base a su propia utilidad, aduciendo incluso razones privativas de Estado, tal el caso, por ejemplo, de las negociaciones comerciales con terceros, donde incluso se vulneró la denominada Cláusula Centroamericana de Excepción[1].

Sobre el tema de Costa Rica y el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), las noticias recibidas son imprecisas. Por una parte, se sabe que el viernes 18 de los corrientes el presidente del hermano país anunció el retiro parcial del SICA y más recientemente, en una entrevista realizada a su Canciller[2], se consigna que ese país se retiró de la “mesa política” del SICA. ¿Cuál es la diferencia? El “retirarse” del SICA es hacerlo del Protocolo de Tegucigalpa y de los subsistemas allí establecidos: el político, económico, social, educativo y cultural y el ambiental. Por otra parte, retirarse de la “mesa política del SICA” es otra cosa, aunque esta “mesa” está primordialmente constituida por la Reunión de Presidentes y Jefes de Estado de los Países Miembros, que es el órgano Supremo, y también por la Reunión del Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores, como órgano principal de coordinación, con competencia en lo relativo al proceso de  democratización, pacificación, seguridad regional y otros temas políticos.

Entonces las preguntas obligadas son: ¿Se retira temporalmente Costa Rica de ambos órganos? ¿Puede hacerlo sin vulnerar principios regionales establecidos? ¿Puede hacerlo cuando hay compromisos regionales e internacionales políticos y económicos ya establecidos? ¿Puede retirarse sin denunciar con antelación el Protocolo de Tegucigalpa que dio luz al Sistema de la Integración Centroamericana –SICA-? ¿Es un “retiro” parcial negociado de antemano con el resto de socios? El tema es delicado tanto frente a los demás miembros del programa de integración como frente a los países observadores del Sistema, figura de naturaleza política, que son: Alemania, Argentina, Australia, Brasil, Chile, China (Taiwán), Corea, Ecuador, España, Estados Unidos de América, Francia, Italia, Japón, Marruecos (Reino de), México, Nueva Zelanda, Perú, Qatar, Reino Unido, la Santa Sede (Estado del Vaticano) y Turquía.

Por otra parte, el canciller del hermano país, señor Manuel González, asegura que el mismo “puede vivir sin formar parte del SICA”, lo que parecería un punto final de relaciones comunitarias. Otra lectura que puede darse y que se desprende de la mencionada entrevista es que se haya confundido el SICA, que es un sistema orgánico, con la Secretaría General del mismo. De ser así entonces también caben las mismas preguntas: ¿Puede hacerlo y en base a qué jurisprudencia? ¿Cuáles serían los efectos? ¿Es parte de un desmantelamiento gradual de la integración de ese país al esquema regional? Es la segunda vez que Costa Rica haría algo similar, puesto que hace algunos años “se retiró” de la Secretaría General de la SIECA, cuando el Ministerio de Comercio de ese país desconoció la firma de su Ministro de Relaciones Exteriores en un documento de nombramiento del Secretario General de esa institución, y ahora lo estaría haciendo con la propia Secretaría General del Sistema.

Hay que ir a las razones para esta decisión: el tema de los refugiados cubanos y la negativa de algunos países de recibirlos. Si no son perseguidos políticos ni afectados por catástrofes naturales o guerras, parecería ser que se trata de un problema eminentemente de índole nacional que podría haber sido tratado con sus socios de manera gradual, a través de acercamientos diplomáticos e incluso técnicos, invocando el principio de Solidaridad que debe estar presente entre los socios de un esquema de integración. Queda entonces ahora esperar, una vez más, a que se disipen los vientos políticos desencontrados en la región.

Es ahora importante tener presente lo que la Fundación decía en un documento interno de base al Foro Regional Esquipulas 2015:

“Para la integración centroamericana una tendencia evidente es la falta de liderazgo y de apoyo político al mismo, siendo entonces de naturaleza política los temas más delicados que inhiben su normal desarrollo. Para ello, la Fundación Esquipulas ha propuesto un proceso inclusivo de diálogo regional que conduzca a una acción programática. Incluso se han propuesto parámetros o directrices básicas para este proceso, Así, en el documento Marco del FRE 2014 mencionábamos que: “Es necesario rehacer los paradigmas impulsores de la integración.

El nuevo proceso de diálogo debería contemplar al menos los siguientes principios básicos: i)Solidaridad: el desarrollo para todos y cada uno de los países, para lo cual habrá colaboración y concesiones a efecto de lograr un crecimiento económico sistemático y simétrico, lo que asegurará la convivencia regional y la confianza entre los países; ii) Responsabilidad compartida: las transformaciones estructurales y los cambios legales, económicos y sociales se realizarán por todos los socios, para respaldarse mutuamente ante las resistencias locales y para que los cambios se impongan por la vía de los acuerdos y tratados internacionales, con el apoyo de la comunidad internacional; iii) Subsidiaridad: los Estados intervendrán en la medida en la que la Sociedad Civil no pueda responder, además, que llevará a cabo los cambios y solo se fortalecerán en aquellos campos en los que la naturaleza de los acciones y los servicios imponen su participación; iv) Concertación: ninguno de los Estados tomará decisiones por sí solo, si esa decisión afecta los convenios, acuerdos y tratados regionales ya adoptados, que podrían ir en contra del proceso acordado para alcanzar los objetivos comunes; v)Progresividad: todos los cambios que se acuerden y las medidas adoptadas se harán progresivamente para evitar las resistencias normales a este tipo de proceso; y vi)Regionalidad: que todas las acciones se realicen de manera integrada”.

Las diferencias habidas deben dialogarse y buscarse nuevamente la concertación regional. Esto no es una tarea ajena a Centroamérica, que ha logrado en el pasado dejar sus diferencias de lado para  encontrar soluciones a problemas profundos como la guerra. Estamos seguros que las diferencias en torno a la migración de los hermanos cubanos serán resueltas. Se requiere voluntad, disposición y respeto de parte de todos.

 

[1] Protocolo de Guatemala, numeral No. 13: “Con ello se busca que los Países miembros, cuando celebren acuerdos comerciales con terceros se comprometan a seguir normas comunes de comercio, a fin de que las negociaciones unilaterales no afecten el proceso de negociación intrarregional”.

[2] Entrevista con el señor Manuel González, Canciller de la República de Costa Rica. Por: Gerardo Ruiz Ramón, “La Nación”, Costa Rica, 20/12/2015.

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VI Foro de la Democracia Latinoamericana

Por Fundación Esquipulas

VI Foro de la Democracia Latinoamericana - Mexico2015

En el marco del VI Foro de la Democracia Latinoamericana con el tema: “Democracia y ciudadanía. Hacia una agenda global desde América Latina”, la Fundación Esquipulas a través del ex presidente de Guatemala, presidente y fundador de la organización participó en el Conversatorio “Tolerancia e inclusión social, ¿Principios de la educación para la democracia?”. El evento se llevó a cabo del 21 al 23 de octubre de 2015, organizado por el Instituto Nacional Electoral de México -INE-, la Organización de los Estados Americanos -OEA-, el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral -IDEA- y por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo -PNUD- en Ciudad de México.

El conversatorio de alto nivel estuvo conformado además, por el ex presidente de Bolivia, Carlos Mesa y por Marco Antonio Baños, actual consejero electoral del Instituto Nacional Electoral de México -INE-. Este conversatorio se realizó considerando el enfoque de Ciudadanía Civil.

El caso de Guatemala fue uno de los más comentados por diversos expositores. Sorprendidos de la muestras de ciudadanía que los guatemaltecos demostraron al aventurarse en las diversas manifestaciones que propiciaron una ruptura política dando paso a la transformación.

A través de la metodología de conversatorios y sesiones se profundizó en diversos temas con expertos de toda la región que expusieron sus ideas en el histórico Colegio de San Idelfonso. Entre las diversas sesiones se tuvo una exclusiva para profundizar en el tema del mundo árabe.

El objetivo del Foro es crear un espacio de reflexión, discusión y análisis abierto sobre las nuevas configuraciones y los retos de la democracia en América Latina. Especialmente en esta VI Edición, la discusión se centró en analizar diversos fenómenos enmarcados en los conceptos de Ciudadanía Civil, Ciudadanía Política y Ciudadanía Social[1], que actualmente preocupan a las democracias, para proponer, de esa forma, desde América Latina, una agenda democrática mundial centrada en el desarrollo de la ciudadanía.

El Foro de la Democracia Latinoamericana busca ser ese espacio donde coincidan políticos, académicos, expertos en políticas públicas, funcionarios gubernamentales, autoridades electorales, entre otros, para desarrollar ideas de gran calado y que sirvan para compartir y relacionar distintos enfoques y caminos en perspectiva comparada internacional.

En cada edición participan ponentes de alto nivel y ex presidentes de América Latina, particularmente en la VI edición, también participaron la ex presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla; el ex presidente de Colombia, Andrés Pastrana y otras figuras de alto nivel como Luis Almagro, Secretario General de la -OEA- entre otros.

Al Foro asistieron más de 450 personas, entre ellos representantes de autoridades electorales de América Latina, autoridades electorales locales mexicanas, representantes del Cuerpo Diplomático acreditado, estudiantes, académicos, representantes de partidos políticos, organizaciones de la sociedad civil y funcionarios de las instituciones organizadoras. El evento además, fue transmitido en vivo en español e inglés a través de diversas páginas de internet, incluyendo la del -INE- www.ine.mx

Los esfuerzos para la formación de ciudadanía se intensificarán en los próximos meses. Es preocupante que según el reciente informe de Latino barómetro, América Latina es la región más insatisfecha con la democracia. Sin embargo, se rescata que gracias a la democracia la región ha experimentado sus mejores años en las últimas décadas. Se plantean retos que resolver, como la desigualdad, pero los avances han sido significativos.

        VI Foro de la Democracia Latinoamericana - Mexico2015VI Foro de la Democracia Latinoamericana - Mexico2015

[1] División conceptual de la ciudadanía por Thomas H. Marshall

El ser humano por encima de las utilidades

Por: Vinicio Cerezo[1]

En las últimas ediciones del Foro Regional Esquipulas, 2014 y 2015, se puso en evidencia que nuestro modelo económico está prácticamente en vías de agotamiento al no producir los beneficios esperados por la población, objeto y sujeto del desarrollo. Incluso podríamos afirmar que es un modelo fracasado en términos de reducción de la pobreza.

Hace unos días, por la última Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI) nos enteramos, confirmando con datos lo que muchos hemos dicho, que la pobreza en Guatemala ha aumentado en los últimos años, al contrario de lo sucedido en la mayoría de países latinoamericanos en que ha retrocedido. Vemos con enorme agobio que actualmente hay un millón y medio más de personas en pobreza (9 millones) y dos millones más en pobreza extrema (4 millones) entre 2011 y 2014.  Ante estas cifras nadie en su sano juicio puede negar la realidad y no aceptarla.

El estilo, la forma en cómo se distribuye la renta nacional, que compete tanto al ámbito público como privado, ha dado como resultado este aumento de los niveles de pobreza, marginación y desigualdad, concentrando la riqueza en pocas manos. Y por favor no me malinterpreten: no se trata de estigmatizar la riqueza, nunca ha sido ese el objetivo, la riqueza es necesaria, pero también debemos construir un país en el que nadie se quede atrás.

Para quienes piensan que la pobreza no tiene que ver con ellos, es importante que reconozcan que afecta a toda la sociedad, directa o indirectamente, y que todos, en alguna medida, somos responsables. La pobreza es sencillamente inaceptable. No hablamos nada más de cifras, se trata de seres humanos. Es un propicio caldo de cultivo para un sinfín de otros problemas sociales, tales como la delincuencia, la degradación de los recursos naturales, el incremento de la vulnerabilidad y la conflictividad, todo lo cual nos está conduciendo inevitablemente a un nuevo estallido político y social.

No podemos permitirnos que a estas alturas del partido, en democracia, con estabilidad macroeconómica, con un crecimiento sostenible (aunque insuficiente), los problemas estructurales no solo estén lejos de resolverse sino que estemos retrocediendo. Hay que reconocer las razones del fracaso, aceptando que en una democracia política y en un sistema económico de mercado, sólo podemos salir adelante si el bienestar está al alcance de todos, en nuestro caso principalmente de los pueblos originarios, las mujeres y los jóvenes, quienes siguen siendo los más afectados por la pobreza y desigualdad.

Tenemos una crisis. Debemos terminar con la falacia de que la responsabilidad es únicamente de los políticos. Se debe buscar a los mayores responsables en dónde está realmente el poder. Debemos, no solo seguir combatiendo la corrupción, pública y privada, que roba oportunidades y mata, sino también reconstruir las capacidades del Estado que ha sido desmantelado, lo cual lo ha llevado a la ineficiencia. Esto requiere un debate serio de la responsabilidad de los poderes fácticos, de la necesidad de combatir la evasión fiscal y mejorar la focalización de los recursos, entre otros factores fundamentales que deben ser considerados.

Disminuir la pobreza, va más allá de cualquier consideración ideológica, por ello es necesaria la urgente e impostergable concertación entre los diversos sectores y actores de la sociedad. Sin excepción alguna, todos debemos aceptar la responsabilidad en esta vergonzosa situación, para poder actuar como corresponde: todos juntos en una gran cruzada nacional contra la pobreza y la desigualdad, una que permita un contrato social que nos lleve a un modelo de desarrollo que situé al ser humano por encima de las utilidades.

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[1] Presidente de Guatemala 1986-1991, Fundador y Presidente de Fundación Esquipulas para la Paz, Democracia, Desarrollo e Integración.

Descargar PDF: El ser humano por encima de las utilidades - Vinicio Cerezo

Recomiendan revisar los pactos colectivos

Por Celeste Alvarado / Siglo 21

Revisar los pactos colectivos de trabajo, eliminar las plazas fantasmas y fortalecer los mecanismos de fiscalización son algunas de las principales recomendaciones que hicieron más de 60 líderes de organizaciones civiles, la Fundación Esquipulas y la Unión Europea (UE) al nuevo gobierno.

Recomiendan revisar los pactos colectivos - Rafel Rosales - Siglo 21 (PNG)Para el efecto se conformaron siete mesas específicas: salud, educación, anticorrupción y transparencia, integración regional, seguridad integral, derechos humanos y desarrollo económico, además de una que avalúa el empleo. El resumen del trabajo fue entregado al vicepresidente electo Jafeth Cabrera y al equipo de transición.

Lea más en: Sociedad Civil contribuyendo con la Transición de Gobierno - Fundación Esquipulas

 El informe da una serie de recomendaciones, en las que resalta la revisión de los pactos colectivos del magisterio y Salud para ser coherentes con los problemas financieros, respetando los derechos de los trabajadores, pero conscientes de la realidad del país.

Además, que se haga un inventario de plazas existentes cumpliendo el artículo de la ley del nuevo presupuesto en el que se solicita se revisen las plazas fantasmas.

En el tema de Salud, se sugiere hacer una intervención agresiva a las finanzas del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS).

Asimismo, se sugiere adherirse al mecanismo de negociación conjunta para la compra de medicamentos en Centroamérica, revisar programas en otros ministerios que debilitan al Ministerio de Salud o duplican sus funciones. También propone crear un fondo de investigación, establecer un modelo de intervención territorial y revisar “el fracaso del Pacto de Hambre Cero y sus implicaciones en la salud”.

Lea más: La Salud en sus manos - Por Karin Slowing

La mesa de Anticorrupción y Transparencia sugirió renovar por más tiempo el mandato de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG). “También recuperar el vice ministerio de Fiscalización y Transparencia de Finanzas Públicas y eliminar la figura de comisionados presidenciales, para reducir el gasto público”.

Otras recomendaciones que hicieron los integrantes de esa mesa son que las obras públicas de mayor envergadura se realicen con inversión público-privado y que se fiscalicen los consejos de desarrollo, pues “manejan Q2 mil millones al año sin fiscalización”.

“En la delegación de la Unión Europea estamos conscientes y tenemos claro el rol que juega la sociedad civil en el procesos democrático y de desarrollo del país, es por ello que no dudamos en apoyar la iniciativa”, manifestó la embajadora de la Unión Europea en Guatemala, Stella Zervoudaki.

Al cierre de la actividad, Cabrera dijo que el nuevo gobierno atenderá las recomendaciones sugeridas en el informe “principalmente las de Salud, pues hay problemas de atención que deben solucionarse pronto”.

Fuente Siglo 21: http://www.s21.com.gt/nacionales/2015/12/05/recomiendan-revisar-pactos-colectivos

La salud en sus manos

Por Karin Slowing[1]

La salud en sus manos, Karin Slowing - Prensa Libre - Google.com.gtFundación Esquipulas y Unión Europea convocaron a un grupo de ciudadanos para reunir algunas recomendaciones para el gobierno electo. Se abordaron siete temas, uno de ellos, salud.

Lea más en: Sociedad Civil Contribuye con la Transición de Gobierno - Fundación Esquipulas

Tuve el gusto de participar en esa mesa junto con otras nueve personas con amplia trayectoria en el tema. Esta es una síntesis de lo que compartimos con el vicepresidente electo, Jafeth Cabrera:

Encontrarán un escenario muy complejo: al menos unas ocho millones de personas en situación de pobreza y con escaso acceso a servicios de salud; más adultos y personas mayores que nunca antes y un cóctel de enfermedades donde coexisten las carenciales, las crónicas y las secuelas de la violencia. Un alto riesgo de enfrentar una crisis sanitaria mayor, por el retroceso en coberturas de vacunación que se dio en los últimos tres años. Ya hay alarmas sobre brotes de tosferina y el sarampión acecha.

El Ministerio arrancará 2016 endeudado y con un déficit presupuestario de Q1 mil millones, producto de las absurdas, ¿perversas?, decisiones del Congreso. Las nuevas normas complejizarán la ejecución y deberán adaptar rápidamente los procesos a la nueva Ley de Compras y Contrataciones. Con esa situación, mantener el flujo de insumos al sistema y pagar sueldos seguirá siendo el gran desafío. A la par, planificar bien el Presupuesto 2017, si no quieren ser solo apagafuegos tres años más. Ante esto, cinco recomendaciones:

El gobierno debe clarificar su posición respecto a la política social y económica. MSPAS enfrentará las consecuencias humanas de esas políticas. Igualmente, explicitar el enfoque de salud: ¿Se centrarán —como siempre— en la atención curativa/hospitalaria, o darán el cacaraqueado paso hacia la promoción y la prevención? Así sabremos a dónde irán realmente los recursos del MSPAS.

No basta con designar un ministro/a. Hay que pensar en un equipo de conducción del Ministerio, que conjugue competencias complementarias. En estos momentos se necesita un buen gerente público, un equipo salubrista conocedor de los profundos problemas que aquejan al MSPAS y de la racionalidad del Minfin. Los conocimientos sobre economía de la salud, gerencia, finanzas y salud pública son fundamentales para rescatar la institucionalidad. Deben tener visión, trayectoria reconocida, honestidad y respaldo de sociedad civil para dialogar continuamente con el Congreso, sin caer en marrullerías.

Dar continuidad a las acciones que ha emprendido el ministro actual: estabilización de la crisis; depuración de la hipertrofia de personal, que generó el gobierno patriotero; avanzar las acciones anticorrupción y el reordenamiento institucional.

La reforma profunda del MSPAS es ineludible. Pasa por replantear y lograr un acuerdo social respecto a cuatro sistemas vitales para la institución: financiamiento; gestión; prestación de servicios, y la Rectoría y regulación del sector. Las reformas que se hagan deben asegurar, como mínimo, lo siguiente: derecho a la salud; equidad en el acceso; calidad, oportunidad y pertinencia de la oferta; fortalecimiento de la institucionalidad.

Lea más: Recomiendan revisar los pactos colectivos - Por Celeste Alvarado / Siglo 21

Dependiendo de sus decisiones, el gobierno entrante puede profundizar la crisis actual y acabar de desmantelar el MSPAS y arremeter contra el IGSS; o bien, emprender al menos el retorno a la precariedad manejable en que había vivido el MSPAS los últimos tres lustros; o podría ser ese gobierno que finalmente ponga en marcha una reforma que verdaderamente dé su lugar a la ciudadanía, construyendo un sistema donde todos tengamos acceso, independientemente de la capacidad de pago. ¿Hacia cuál horizonte se moverán? El primer indicador será la elección de autoridades.

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[1] Doctora e investigadora social guatemalteca. Especialista en salud pública. Presidenta de la Red de América Latina y el Caribe de Planificación para el Desarrollo en 2010.

Fuente Prensa Libre: http://www.prensalibre.com/opinion/la-saluden-sus-manos