“Retos y desafiÌos para la transformacioÌn nacional en Guatemala: hacia un modelo de desarrollo incluyente y sostenibleâ€
Por Valerie Julliand
Estimado Señor Carlos Cerezo, Representante de la Fundación Esquipulas, Estimada Señora Olinda Salguero, Directora de la referida Fundación, Respetables ex presidentes de Guatemala y de otros paÃses de la región aquÃÌ presentes, Señores Funcionarios de Gobierno, Representantes de la sociedad civil guatemalteca, misma que estaÌ reclamando un paÃs más justo, Representantes de la Comunidad Internacional con presencia en Guatemala, Colegas del Sistema de las Naciones Unidas, Representantes de medios de comunicación, Señoras y señores presentes y quienes nos siguen a distancia por medios electrónicos y redes sociales, Mis saludos fraternos.
Antes de todo, quiero agradecer a la Fundación Esquipulas, presidida por el expresidente Cerezo, por habernos invitado a ser parte de una alianza en favor del debate polÃtico nacional. Ha sido una gran experiencia compartir y colaborar con el equipo de trabajo, encabezado por la señora Olinda Salguero.
Para las 20 Agencias, Fondos y Programas de las Naciones Unidas presentes en Guatemala, ha sido un honor y reconocemos la oportunidad que nos fue dada de contribuir con las diferentes actividades que comienzan hoy. De igual forma, reconocemos a los partidos polÃticos que han aceptado venir a exponer sus planes de trabajo; seguramente, serÃ¡Ì un ejercicio muy constructivo.
También agradezco a la cooperación internacional y a los paÃses que nos dan fondos, sin los cuales Naciones Unidas no podrÃa hacer nada. Gracias por la confianza y por el respaldo para apoyar la transformación que los mismos guatemaltecos anhelan y reclaman.
Entrando en materia: El primer Informe Mundial sobre Desarrollo Humano, publicado por el PNUD en 1990, armaba: “La verdadera riqueza de una nación estaÌ en su gente. El objetivo básico del desarrollo es crear un ambiente propicio para que los seres humanos disfruten de una vida prolongada, saludable y creativa. Esta puede parecer una verdad obvia, aunque con frecuencia se olvida debido a una preocupación inmediata de acumular bienes de consumo y riqueza nacieraâ€.
Estas palabras, escritas hace más de dos décadas, conservan hoy más que nunca su vigencia. Por triste que parezca decirlo, es la realidad. ¿No serÃa hoy el dÃa idóneo para reflexionar sobre esta afirmación, hecha hace 25 años, y sobre por queÌ sigue siendo, en muchas áreas, solo un discurso?
¿Por queÌ hoy en Guatemala la preocupación inmediata de acumular bienes de consumo y riqueza naciera se sobrepone a la exigencia y al derecho a un desarrollo incluyente y sostenible? Si hablamos de retos y desafÃos para la verdadera transformación nacional, debemos ser honestos, más atrevidos y cuestionadores de los discursos, las promesas (muchas veces imposibles) y aterrizar las propuestas para que las y los guatemaltecos tengan la vida digna a la cual tienen derecho.
Las Naciones Unidas en Guatemala tienen varias décadas de apoyo y compañÃa en la construcción del desarrollo, recordando los principios de inclusión, igualdad, estado de derecho y sostenibilidad. De hecho, nuestra estrategia para 2015-2019 se centra en el cumplimiento de los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), mediante cinco áreas de trabajo: – Desarrollo inclusivo y sostenible, Desarrollo Social, – Sociedad segura y libre de violencia, – Justicia para todas las personas y – Sociedad multicultural y diversa.
No hemos inventado nada nuevo. Por el contrario, simplemente nos alineamos con: 1) los contenidos de los Acuerdos de Paz (dado que es eso es lo que los Guatemaltecos han decidido), 2) con el marco jurÃdico nacional y 3) con los compromisos internacionales adquiridos por el paÃs (los cuales incluyen varios relacionados con los derechos humanos y la sostenibilidad ambiental). Hoy, los partidos polÃticos que van a participar en las elecciones, presentaraÌn sus estrategias para el paÃs; en otras palabras, sus planes de trabajo.
Pueden variar las propuestas, pueden ser diferentes las ideas de un partido en comparación al otro, sea como sea, todos ellos tienen la obligación de responder a las aspiraciones expresadas y firmadas en los Acuerdos de Paz; también, tienen la obligación de alinearse con los compromisos adquiridos al firmar los convenios internacionales y, por supuesto, de honrar las leyes del paÃs aprobadas por su Congreso; destaca también el respeto a la Constitución PolÃtica de la Republica.
Ahora bien, a 30 años de iniciado el proceso democratizador y a 19 de la firma de los Acuerdos de Paz, observamos estabilidad macroeconómica, fortalecimiento de varias instituciones públicas y avances en algunos indicadores sociales. Pero también vemos con preocupación que persisten graves manifestaciones de las causas que dieron origen al conflicto armado, evidenciándose además nuevas amenazas a la gobernabilidad democrática del Estado y a su desarrollo humano, en el largo plazo.
Baste mencionar que el Ãndice de Desarrollo Humano –que mide el avance en salud, educación e ingresos- ha mejorado en un 35% respecto a 1980, pero a un ritmo menor que el del resto de Centroamérica, dejando a Guatemala en el más bajo peldaño de la escala de paÃses hispanoamericanos.
Además, se estima una pérdida de 33% del IDH por causa de la desigualdad, lo cual neutraliza cualquier avance que puede haber habido en educación y salud. La pobreza multidimensional afecta en un 62% a la población, cifra que sube a más del 80% en poblaciones indÃgenas y en áreas rurales.
El sector formal de la economia apenas logra incorporar a una tercera parte de la fuerza laboral, excluyendo a la mayorÃa de los jóvenes, a las mujeres y a la población indÃgena; estos grupos, a su vez, son los que encuentran las barreras más pronunciadas para su incorporación a un trabajo con seguridad social.
Por otro lado, el problema de la desnutrición crónica afecta a un 48% de la niñez menor de 5 años. Eso es inadmisible si tomamos en cuenta que Guatemala es un paÃs fértil, que destina parte importante de su territorio a la producción de alimentos y que además puede beneficiarse de un bono demográfico, considerando que 70% de la población tienen menos de 30 años. En parte por estas causas se produce una alta migración hacia las áreas urbanas y hacia otros paÃses que, aunque genera recursos para las familias por el envÃo de remesas, termina debilitando el tejido social.
El primer producto de exportación de Guatemala es su gente. Se calcula que actualmente más de 1.5 millones de guatemaltecas y guatemaltecos viven en el extranjero. La economÃa informal y las remesas representan para la mayorÃa de los guatemaltecos medios de vida, que les ayudan a salir adelante. Sin ellas, sin estas dos fuentes de ingresos, la pobreza habrÃa aumentado fácilmente en 20 puntos porcentuales.
Esas no son las rutas de un desarrollo equitativo. Eso no es pensar en el beneficio de la gente. A eso se agrega la disminución y degradación sostenida de los recursos naturales, causadas -entre otros factores- por la pérdida constante de cobertura forestal, por el uso inadecuado de los recursos hÃdricos, por la sobre utilización de los suelos y la intensificación de la extracción de minerales del subsuelo; todas ellas, en ausencia de controles efectivos por parte de los entes reguladores.
Guatemala es uno de los 10 paÃses de más alto riesgo a nivel global. Durante los últimos 12 años, los desastres naturales, especialmente los sismos, las sequÃas y las tormentas, han causado graves daños ambientales y económicos, aumentando la vulnerabilidad de extensas zonas del paÃs y generando recurrentes emergencias humanitarias. Además, cada desastre genera una pérdida grave para el paÃs, haciendo retroceder el desarrollo logrado en otras áreas y afectando cada vez a las mismas personas: a los más pobres, a los más vulnerables.
Un campesino del área del “RÃo La Pasiónâ€, en el municipio de SayaxcheÌ, me lo explicoÌ de esta forma: “mire señora Julliand, aquÃÌ nos llueve sobre mojado y si no pasa eso, igual nos lleva el rÃoâ€. Este dicho chapÃn, (que necesiteÌ que me explicaran), llegoÌ a mi corazón y noteÌ que hay miles de familias que, no importa cuál sea la crisis, siempre terminan siendo las afectadas.
Según el Banco Mundial, de 186 paÃses estudiados, Guatemala se coloca en el puesto 186 en términos de recaudación de ingresos públicos y tiene el nivel más bajo de inversión social en relación al tamaño de su economÃa. Guatemala invierte apenas 8% de su Producto Interno Bruto en los servicios sociales (educación, salud y otros); solo un 8%.
Sin recursos, no hay capacidad de inversión social de largo plazo ni es posible tener una visión de desarrollo humano. Los últimos estudios del PNUD sobre la pobreza y la vulnerabilidad de la clase media indican que los factores para salir de la pobreza pueden variar de un paÃs al otro, pero los causas para volver a caer en la pobreza son siempre las mismas: la falta de acceso a la educación y a la salud más la ausencia de servicios sociales.
Entonces, a la luz de ello, es claro que cualquier partido o candidato presidencial que pretenda desarrollar el paÃs sin recaudar más fondos, propone a la gente una utopÃa digna de los mejores autores de cienciaficcioÌn. Cualquier partido que pretenda resolver los problemas del paiÌs sin invertir en lo social (educacioÌn, salud, empleo digno, proteccioÌn social) estaÌ preparando los proÌximos desastres y aumentando auÌn maÌs las desigualdades que hoy ya son inaceptables e indignantes. El desarrollo se hace con la gente y por la gente. De ninguna otra manera.
Falta mucho para acabar con la corrupcioÌn y la impunidad. En el aÌmbito poliÌtico, se ha demostrado la alta vulnerabilidad del sistema electoral y de los partidos poliÌticos a la penetracioÌn de capitales y recursos iliÌcitos, lo cual propicia el tráfico de influencias y la corrupcioÌn en la gestioÌn puÌblica.
Como una constante en todos estos temas, encontramos que la niñez, los joÌvenes, las mujeres y los pueblos indiÌgenas constituyen la poblacioÌn con mayores niveles de exclusioÌn y discriminacioÌn. Es el momento de visualizar una sociedad en transformacioÌn, con mayores y mejores niveles de desarrollo humano para todas y todos, sin exclusiones, sin discriminacioÌn.
Para lograr esta transformacioÌn, Guatemala tiene que actualizarse. Parece que Guatemala sigue viviendo como hace 30 años. Para comprobar esta afirmacioÌn, les voy a compartir cual era la visioÌn de desarrollo que prevaleciÌa en el mundo en 1984 y la vamos a contrastar con la actual.
En 1984 se creiÌa que las sociedades tradicionales y agrarias eran subdesarrolladas y deberiÌan ser industrializadas. Hoy el concepto cambioÌ y se reconoce que la diversidad de las sociedades es un factor de riqueza para alcanzar el desarrollo sostenible. En 1984 se pensaba que existiÌan oportunidades ilimitadas de convertir recursos naturales en bienes y servicios.
Hoy, en cambio, sabemos y reconocemos que los recursos son limitados y ademaÌs que es grave romper la armoniÌa con la naturaleza. En el 84 se propagaba que no existen liÌmites para el crecimiento de las economiÌas y que no se debe interferir el mercado.
En 2015, sabemos que siÌ existen liÌmites al crecimiento y que es necesario regular patrones de produccioÌn y de consumo, para evitar abusos desde visiones mercantilistas.
En 1984, con mucha facilidad se deciÌa que el ser humano era el ser maÌs avanzado y que la evolucioÌn hace que sobrevivan las especies maÌs fuertes. Hoy, se reconoce que el ser humano es soÌlo una de las especies en la tierra y que es altamente recomendable que busque la coexistencia pacÃfica con todo el resto.
Sin duda hay que repensar el modelo de desarrollo en Guatemala y hay que actualizarlo. AdemaÌs de estas visiones mundiales sobre desarrollo, quisiera agregar una que estaÌ creciendo y que la crisis nanciera de 2008 reveloÌ de manera aguda. ¿Recuerdan la cita que les presenteÌ al inicio, que deciÌa que la verdadera riqueza de una nacioÌn estaÌ en su gente y que el objetivo baÌsico del desarrollo (para una vida prolongada, saludable y creativa) era frecuentemente olvidado, debido a una preocupacioÌn inmediata de acumular bienes de consumo y riqueza nanciera? Bueno, con base en ello, se decidioÌ (con razoÌn) que se debiÌa erradicar la pobreza extrema.
Mientras se luchaba contra la pobreza, al mismo tiempo, se enraizÃ³Ì este otro modus operandi que tiene sus bases en la lógica del enriquecimiento a todo costo. Y asÃÌ vimos crecer en estas mismas dos últimas décadas el número de personas muy, pero muy ricas. Por lo tanto, el desafÃo de hoy, a la par de la erradicación de la pobreza extrema debe ser la erradicación de la riqueza extrema.
Al fin de cuentas, eÌstas riquezas extremas se construyen sobre el costo de la gente y generan la misma pobreza que queremos eliminar.
El tiÌtulo de esta ponencia es: “Retos y desafÃos para la transformación Nacional en Guatemala: Hacia un modelo de desarrollo incluyente y sostenibleâ€. En resumen, los retos principales de Guatemala están, sin lugar a dudas, relacionados con la lucha contra la desigualdad. El único camino adelante para un desarrollo incluyente y sostenible es el acceso equitativo a la salud y a la educación, es la inclusión de todos, es la repartición del poder y la distribución de las riquezas (especialmente a través de los servicios sociales) y la no perpetuación de un sistema racista y machista. El desafiÌo de Guatemala es aceptar que es un paiÌs plurieÌtnico, multilingüe y multicultural. Veremos hoy si hay partidos poliÌticos que se hayan centrado en eÌstos desafiÌos. Mañana seguramente podremos aprender algunas lecciones en ese sentido, con el expresidente Mujica. No obstante, desde ahora podemos poner en praÌctica una de estas: la humildad. Y el diÌa de hoy es propicio para eso. Hoy es el 11 Toj; que en el calendario Maya significa pago, ofrenda y agradecimiento, siendo el diÌa para enmendar errores. Es el momento de sacudir nuestras ideas y pensar en nuevas formas de seguir hacia adelante, buscando que realmente nadie se quede atrás.
Es decir: todos iguales, todos humanos.
Muchas Gracias