UNA OPORTUNIDAD PARA RESPIRAR.

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Por Humberto Mó Cal.

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“Que todos se levanten, que nadie se quede atrás, que no seamos ni uno, ni dos de nosotros, sino todos”.(Popol Vuh, Libro Sagrado Maya)

Seamos conscientes y honestos, la pandemia del coronavirus se convirtió en un fenómeno totalmente inesperado. Se inició en China a finales del año 2019 y a distancia, veíamos y leíamos al respecto, sin darle mayor importancia. Luego la pandemia se propagó por todo el mundo, sacudiendo fuertemente a Europa, Estados Unidos y América Latina. Fue entonces cuando hicimos consciencia al respecto. El coronavirus había llegado a nuestro país y no teníamos otra opción que afrontarlo. Sin embargo, en Guatemala, ya estábamos enfrentando colectivamente muchas crisis convergentes a las cuales se suma el covid-19, graves problemas sociales y económicos que continúa afectando en la vida de los habitantes; nadie se imaginaba los efectos negativos que traería como el pánico, el impacto social, económico y sanitario. 

La economía ya estaba en decadencia. La recesión global afectó a todos los países ricos del mundo en el año 2019 (EEUU, China, Alemania y Japón). Y eso influyó en nuestro débil modelo económico. Nuestras exportaciones no crecían, sumando a ello que los precios de los principales productos (café, azúcar y banano) venían a la baja. Las importaciones tampoco ascendieron porque el mercado interno mostraba cifras de contracción.

En síntesis, cuando llegó el Covid-19 Guatemala ya estaba sufriendo una dura contracción económica y mayores niveles de desempleo a nivel nacional. En las que con frecuencia es difícil acceder a servicios básicos, como los de atención de la salud, agua, saneamiento y nutrición. Por su parte, la ya precaria situación de las mujeres y las niñas se vuelve aún peor, porque ambas corren un mayor riesgo de exposición a actos de violencia, abuso y explotación por motivos de género. 

Sin embargo, detrás de toda esta crisis, siempre hay oportunidad de tomar nuevas decisiones, de reinventar nuevas posibilidades de sobrevivencia. Y nos invita a utilizar nuevas creatividades, imaginaciones y a buscar soluciones inmediatas para una sociedad lastimada y dañada y así poder potenciar cambios integrales y nuevas formas de pensar y vivir. Y comparto el pensamiento de John F. Kennedy, que dice “en la crisis, sé consciente del peligro, pero reconoce la oportunidad”. Estamos en un tiempo de transformaciones planetarias y tecnológicas. 

No cuestionamos, qué podemos hacer como sociedad y como Estado, por lo que es importante tomar en cuenta las siguientes reflexiones:

a) Guatemala cambió y tenemos que aprender a fomentar de inmediato una cultura de adaptación y resiliencia al respecto.

b)  La covid-19 nos enseñó que, ante una crisis mundial y ahora local, solo el Estado como ente rector, puede regular una táctica de enfrentamiento a la misma y establecer las acciones económicas, políticas y sociales que habrán de nacer de lo anterior. Es decir, el Estado importa, mientras más eficiente sea, mejor será para todos y todas.

c) A lo largo de varios meses afrontaremos situaciones nuevas muy complicadas, que habrán de afectar duramente la economía, tal como la conocíamos y la vivíamos. Las relaciones sociales y la lucha por la sobrevivencia serán complejas.

d) Cuando termine esta pandemia, nuestro deber será restaurar el país, pero dando prioridad a una economía mucho más justa y democrática, que involucra a las grandes mayorías, las más golpeadas en sucesos como este.

e) La verdadera victoria que impida la repetición de esta catástrofe radica revalorizar las tareas del cuidado hacia humanos, animales y ecosistemas, reforzando el carácter social del estado, defendiendo la sanidad pública y dejando atrás el modelo de desarrollo insostenible y de globalización neoliberal ecocida y genocida. 

f) Una respuesta socioeconómica y de salud pública inclusiva ayudará a derrotar el virus, reiniciar las economías y cumplir los objetivos de Desarrollo Sostenible. Según el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres es importante “defender la dignidad humana frente a la pandemia, y aprender del puñado de países que han demostrado cómo es posible aplicar restricciones respetando plenamente los derechos humanos y los principios internacionales de protección”.

No toda crisis es mala, también se inventan nuevas ideas, pensamientos, acciones y hechos, ya que la pandemia llamada Covid-19 tuvo sus impactos positivos, como la reducción del movimiento en las grandes ciudades causó efectos directos en el medio ambiente, como la disminución de contaminación en la atmósfera. El cierre de las fábricas y el comercio, además de las restricciones de viaje para hacer frente a la propagación del virus han posibilitado una reducción de las emisiones contaminantes a la atmósfera. 

La creatividad e iniciativa de nuevos emprendedores como medios de subsistencia que aportó en la economía familiar y se evidenció que los buenos ciudadanos y trabajadores sí existen y luchan por el bienestar comunitario y social.

El impacto que están teniendo las nuevas tecnologías de la información y la comunicación  durante esta situación está siendo determinante. Especialmente internet, pero también los medios más habituales, han permitido una mayor adaptabilidad de los modelos de sociabilidad.  

Uno de los aspectos más impresionantes de este período es la creación y reinvención de contenidos como son los retos virales o la circulación de nuevos formatos como las diversiones por videoconferencia sin duda alguna, son nuevas formas de superar la crisis. 

En el Ã¡mbito educativo se están implementando nuevos mecanismos de interacción entre el alumnado y el profesorado en los diferentes niveles del sistema escolar a partir de la funcionalidad de las herramientas y medios digitales, cabe aclarar que no toda la niñez y juventud goza de estas prerrogativas o tienen acceso a las nuevas tecnologías. Esta llamada de atención sobre las nuevas necesidades generadas en un mundo cada vez más digitalizado puede ayudar a cimentar una mayor conciencia social de cara al futuro.

El mantenimiento de los vínculos familiares y de amistad posibilitado por las TIC ha hecho que algunas personas estén manteniendo más contacto con sus seres queridos durante la crisis que en el periodo previo.  Y la crisis los unió para reflexionar en familia y comunidad.

En este sentido, la crisis del coronavirus también nos permite dar oportunidad para reflexionar sobre una serie de ámbitos relevantes para los estudios de la niñez, juventud y demás sectores sociales. Ya que se aprendió de esta crisis mundial que aun en medio del caos despertamos cualidades, creatividades, emprendimiento, inteligencia colectiva y liderazgo, que en la comodidad hubieran permanecidos dormidos y sin vidas. La crisis nos unió para ver la vida y la realidad de otra forma. Ahora nos corresponde soportar. soportar como país, como sociedad, como familias. 

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