Este Día Internacional de la Juventud, el Ecosistema para la Transformación Social reafirma su compromiso con los 160 millones de jóvenes de América Latina y el Caribe, impulsando su participación política, social, cultural y ambiental como pilar de un futuro común.
En América Latina y el Caribe, más de 160 millones de jóvenes representan algo más que una estadística. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), este grupo, comprendido entre los 15 y los 29 años, constituye la generación más numerosa y mejor conectada de la historia regional. Un capital humano que, bien aprovechado, puede redefinir el rumbo político, social, cultural y ambiental de un continente que busca soluciones para sus viejos problemas y respuestas para sus nuevos desafíos.
En este contexto, el Ecosistema para la Transformación Social —integrado por la Fundación Esquipulas, Global Peace Foundation, la Misión Presidencial Latinoamericana y del Caribe y FUNDAECO— ha tejido una red de iniciativas que colocan a la juventud en el centro de la acción. No se trata de proyectos aislados, sino de una estrategia integral que reconoce que el desarrollo y la integración solo serán posibles si esta generación participa con voz propia en la toma de decisiones. Foros como el Foro Latinoamericano de las Ideas, el Foro Regional Esquipulas y otros espacios de alto nivel priorizan esa participación activa, apostando por el diálogo intergeneracional como herramienta para formar nuevos liderazgos y fortalecer la cultura democrática.
Desde las mesas de diálogo político hasta las comunidades más apartadas, los jóvenes están dejando huella. En el ámbito político, programas como Revitalizando la democracia y Democracia Joven han formado a líderes capaces de incidir en partidos, instituciones y movimientos sociales, ampliando los espacios de representación y debate. Otras iniciativas, como Ciudadanía más allá del voto, han fortalecido el conocimiento sobre gobernanza, comunicación estratégica y derechos humanos, mientras que Guatemala Joven Conversa ha innovado en metodologías, utilizando inteligencia artificial para procesar miles de aportes ciudadanos y traducirlos en propuestas concretas sobre reformas electorales y lucha contra la corrupción.
El impacto también se siente en el terreno social. BKT – Transformando la región, una beca a la vez ha permitido que jóvenes de distintos países accedan a formación especializada, impulsando proyectos productivos, de salud y educación que multiplican beneficios en sus comunidades. Paralelamente, el Encuentro Centroamericano de Líderes Emergentes (ECLE) ha servido de laboratorio para agendas comunes, conectando a juventudes de distintas naciones en torno a causas compartidas, desde la igualdad de género hasta la innovación tecnológica.
En el plano cultural, la Opiteca – Opiniones que transforman la región se ha convertido en un espacio de pensamiento crítico, donde jóvenes periodistas, académicos y activistas publican análisis que trascienden fronteras. Y en el frente ambiental, Reforestando Guatemaya demuestra que el compromiso con el planeta empieza desde lo local: más de 10.000 jóvenes han plantado más de 30 millones de árboles, protegido cuencas y recuperado áreas degradadas, en un modelo que ya inspira a otros países.
Estas experiencias dibujan un retrato distinto de la juventud regional: no como una generación pasiva, sino como un actor político, social y cultural capaz de tender puentes y abrir caminos. En un continente marcado por la desigualdad, la migración y la crisis climática, su protagonismo no es opcional, es imprescindible.
Invertir en los jóvenes no significa únicamente ampliar oportunidades; implica reconocer que el presente y el futuro de América Latina y el Caribe se están escribiendo hoy, en primera persona, por quienes tienen la edad, la energía y la determinación para cambiarlo todo. Y cuando 160 millones de personas deciden no esperar a que el futuro llegue, la región entera comienza a moverse.