Guatemala tiene cientos de miles de vacunas por vencerse

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Por María René Paiz Herrera

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La cuenta regresiva empezó, según comunicó la cartera de salud la semana pasada 321,600 dosis de la vacuna AstraZeneca vencen en junio próximo y no parecen haber demasiados adultos mayores a 65 años con la intención de vacunarse en las dos dosis que se requiere. ¿Por qué?  

La forma en que se ha gestionado la pandemia ha evidenciado arbitrariedades y las personas se muestran desconfiadas ante las propuestas de la institucionalidad pública. Tras el cierre de COPRECOVID, a finales del año pasado, se ha fortalecido el rol del MSPAS como principal responsable ante el ojo público del manejo de la crisis del COVID19, ahora en su fase de vacunación.  La Ministra Dra. Amelia Flores ha expresado que la fecha de caducidad de las vacunas es de un máximo de dos meses y ha motivado a que las personas que les corresponde asistan a vacunarse, pues las vacunas son de buena calidad.

Hoy en día el reto para el MSPAS está en generar confianza y ganar credibilidad en la gestión del proceso de vacunación, pues es conocido públicamente que en el último año salió a la luz la compra de pruebas falsas para detectar el virus, pagos millonarios a brokers misteriosos en concepto de vacunas que posiblemente no llegarán y vacunación irregular beneficiando a personas fuera de las especificaciones requeridas en el Plan Nacional de Vacunación; con esto se desnuda que tenemos un Estado debilitado y altamente burocrático, donde es fácil auto ponerse zancadilla para que el proceso de vacunación no funcione correctamente. Veamos algunas soluciones. 

Recientemente el Ministerio de Salud y la Presidencia han optado por las siguientes estrategias para tratar de contrarrestar los problemas y lograr una vacunación masiva en el país:

  • Conformar una “Mesa Técnica de Vacunación” presidida por el Secretario Privado de la Presidencia, e integrada por MSPAS, SE CONRED, SIEE, SCEP, Secretaría de Comunicación Social y FUNDESA.
  • Recurrir al sector privado: FUNDESA, para lograr un proceso más efectivo de vacunación con apoyo empresarial. 
  • Realizar acuerdos con universidades: USAC y URL; centros comerciales: Cayalá, Majadas, Centra Norte; municipalidades: Guatemala, Mixco y Villa Nueva, para crear y atender centros para suministrar las vacunas.
  • Realizar alianzas con cuerpos de socorro, instituciones de sociedad civil, organismos de cooperación internacional, ejército, y personas individuales relacionadas a salud o respuesta ante emergencias para atender los centros de vacunación.

¿Cuál es el problema entonces? , las personas no están llegando de la forma en qué se esperaba a algunos centros piloto de vacunación y existe limitado personal para atención masiva de pacientes; la ausencia a los centros puede estar relacionado a que  las personas no saben, no quieren o no pueden llegar para vacunarse; hay centros que permanecen completamente vacíos en algunos momentos y aunque no hay suficientes vacunas para todos en una segunda dosis, ni siquiera se están utilizando las disponibles para la primera. 

Ante esto considero que se están dejando de lado aspectos fundamentales que están relacionados al primer nivel de atención en salud pública:  la salud es un derecho y una prioridad, esta debe llegar a todas las personas, en los barrios, las calles, cantones e inclusive de casa en casa, cuando sea necesario. Si las personas no pueden llegar a las vacunas, ¿por qué las vacunas no llegan a ellos?

Si de la vacunación dependieran directamente resultados electorales, seguro el panorama sería completamente distinto. Desde mi rol de ciudadana y a partir de conversaciones con amigas y amigos vimos que existen aspectos urgentes que se pueden mejorar desde el gobierno y que podemos aportar desde la ciudadanía, para evitar que las pocas vacunas disponibles se pierdan y salvemos vidas. Las propuestas son 7:

  1. Comunicación: establecer un plan de comunicación sobre la importancia del proceso de vacunación, con características de claridad, sencillez, pertinencia cultural y lingüística, así como asegurar una difusión masiva de la información con la participación de empresas de telecomunicaciones.

Este es el aspecto clave para que las personas confíen en el proceso y acudan a vacunarse, existe un temor generalizado sobre las vacunas y solo una estrategia de comunicación bien pensada hará cambiar de opinión masivamente a las personas. Muchos adultos mayores viven en condiciones de extrema pobreza, soledad, enfermedad, discapacidad y sin acceso a diferentes medios de comunicación; sino se logra llegar a sus casas para contarles de la vacuna, quizá nunca lo sepan.

  1. Financiamiento: aumentar con calidad de urgencia el financiamiento público al MSPAS para la contratación de más personal, ampliación de los horarios de atención y apertura de nuevos centros de vacunación, para que pueda ser posible la inmunización de toda la población que voluntariamente quiera acceder a la vacuna en un plazo no mayor a un año o un tiempo razonable. 
  2. Alianzas: buscar apoyo en los gobiernos municipales , ONGs, radios comunitarias, radios en línea, medios de comunicación alternativos y otras instituciones locales para difundir información clave a nivel comunitario y de “puerta a puerta” sobre la estrategia de vacunación en las comunidades urbanas y rurales. 
  3. Comunidad: solicitar colaboración a los COCODE, CUB, asociaciones vecinales y grupos organizados para identificar población a partir de 65 años en sus territorios, sensibilizar al respecto de la vacunación y acompañar su proceso si deciden vacunarse.
  4. Salud de casa en casa: facilitar mecanismos de transporte para que el personal de salud encargado de vacunar pueda llegar a las viviendas de los adultos mayores, asilos, hospitales y otros espacios; tal como se hace con muchos otros procesos de vacunación en el país.
  5. Movilidad y transporte: si la opción anterior no resulta inmediatamente viable, es vital: financiar los mecanismos públicos y establecer alianzas transparentes a través de instituciones privadas para transportar adultos mayores a los centros de vacunación o bien crear unidades móviles de vacunación que se trasladen a las diferentes comunidades.
  6. Humanidad: apelar a la solidaridad ciudadana para comunicar a familiares, amigos y vecinos sobre la importancia de la vacuna y ofrecer su apoyo para el traslado voluntario de adultos mayores hacia los centros de vacunación.  

La crisis persiste, pero no podemos seguir haciendo lo que no está funcionando. No hay que cambiar el objetivo  de este momento que es: lograr la vacunación masiva de personas mayores de 65 años en Guatemala, pero sí podemos cambiar la estrategia y la forma en que se está haciendo, porque no está funcionando y el costo de los errores o retrasos en materia de salud pública en una pandemia, son muertes, y continúa cobrando la vida de madres, padres y abuelos nuestros, que han dedicado su vida y trabajo al país que hoy les da la espalda. 

*Las opiniones expresadas en la OPITECA pertenecen a sus autores.

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